Menor rendimiento, presentismo, mayor número de bajas, mayor conflictividad y aumento de la rotación del personal son algunas de las consecuencias de un ambiente laboral defectuoso.
Pasamos más de un tercio de nuestras vidas en el trabajo, una cantidad de horas que pueden equivaler a más de 12 años, por tanto, resulta fundamental considerar cómo nos encontramos en dicho ambiente laboral.
Desconocer el estrés que la dinámica de las empresas genera en sus trabajadores es lo mismo que descuidar la productividad de cualquier negocio.
El clima laboral tiene una repercusión directa en la salud de los trabajadores y en su rendimiento. Sin embargo, dado que los efectos del estrés laboral no son fácilmente detectables mediante un análisis de sangre u otras mediciones fisiológicas, por ejemplo, suele ser un factor muchas veces descuidado y hasta menospreciado.
La organización Healthy workplace sugiere tres grandes áreas donde hacer foco:
Pero en concreto ¿cuáles son esas acciones a tomar?
Los expertos recomiendan hacer foco en dos áreas sustanciales:
1. Acciones de cara a un plan de prevención:
Aquí, la cuestión fundamental es, básicamente, tomar medidas para evitar riesgos. Dado que sobre las empresas recae la responsabilidad legal de tramitar tanto los riesgos físicos como los psicosociales relacionados con la salud de sus trabajadores, entonces será oportuno prestar especial atención a:
Es importante tener presente que muchas veces no será posible reducir o eliminar todos los factores de riesgo ni con la velocidad ni con la forma que quisiéramos, pero que, igualmente, es posible proteger a los empleados minimizando impactos y ofreciendo apoyo.
2.Acciones de cara a un plan de corrección o protección:
En este apartado ya se trata de arremangarse para implicarse con acciones 100% concretas, tales como:
A pesar de todos los intentos posibles, personales y de la empresa, muchas veces contar con unos buenos niveles de resiliencia suele ser un elemento clave en lo que al autocuidado en entornos laborales se refiere. Pero ¿de qué se trata esto?
Muchas empresas recurren a estimular la resiliencia en sus planes de intervención o mitigación del estrés dado que se trata de una capacidad que puede estimularse toda la vida. Cuando hablamos de resiliencia nos referimos a la capacidad que todas las personas tenemos para hacer frente a sucesos adversos y recuperarnos aprendiendo y logrando así contar con mayores recursos psicológicos para afrontar la vida. Los psicólogos del trabajo también señalan que la flexibilidad mental, una competencia vinculada a hacer frente a las situaciones, suele acompañar a las personas con niveles de resiliencia altamente estimulados.
Para las empresas es muy interesante trabajar la resiliencia dado que suele ser antagónica con el estrés laboral. Por otro lado, contribuye a generar un clima positivo, constructivo y esperanzador de cara a vérselas todos los días con las dificultades laborales. Expertos en recursos humanos son los indicados para detectar y estimular dichas facultades, tanto en los empleados como en los directivos. Y lo más interesante, se trata de una capacidad moldeable que, por lo mismo, puede generalizarse a cualquier aspecto de la vida, como un commodity.
¿Te interesa mejorar las relaciones laborales en tu empresa o trabajo? Te recomendamos leer con atención el artículo publicado por la Healthy Work sobre la importancia de cuidar la salud psicológica para cuidar de las empresas.
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