Un partido ha visto en su vida y de dudosa calidad. Lo mejor de todo es que se vanagloria de ello, reconociendo que no le gusta el fútbol y que más allá de aquellos 90 minutos en un campo de la parte mediterránea de España, no se pone delante del televisor ni para ver la final de un Mundial.
¡De todo tiene que haber!
Los comentarios están cerrados.