Es ya casi una tradición. Este director de RRHH es asiduo a llegar tarde únicamente el día que se reincorpora de las vacaciones. No sabemos si es que se le olvida activar el despertador o si la rutina de descanso le hace caminar con más pausa hacia su lugar de actividad. Lo único cierto es que es una tradición y las tradiciones están para respetarlas.
¡Qué solo sean cinco minutos!
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