No es nuevo para ella pero el confinamiento le ha resucitado una gran afición: el spinning. Eso sí, encerrada en casa, se tiene que conformar con colocarse en su bicicleta y mirar una pantalla en donde el monitor va dando las instrucciones. Es cierto que se pierde la esencia del gimnasio pero mirándolo por el lado positivo nos ahorramos el olor a sudor que suele haber en las salas de ciclo.
¡Prohibido bajarse cuando el monitor no mira!
*Si te ha resultado interesante este artículo, te animamos a seguirnos en TWITTER y a suscribirte a nuestra NEWSLETTER DIARIA.
RRHHDigital