Empieza un nuevo y esperanzador año y con él, estrenamos objetivos. Para lograrlos, los líderes tienen que hacer frente a nuevos desafíos, en parte derivados de la forma de trabajar que se ha instaurado desde marzo 2020. Éstos son algunos de ellos:
Hasta hace poco, algunas prácticas de gestión como el “micromanagement” o el presentismo eran habituales. Aunque nunca se ha demostrado que fueran eficaces, en el nuevo contexto son claramente perjudiciales para la cultura y el desempeño de las organizaciones. Por el contrario, ¿cuáles son algunas de las buenas prácticas que están adoptando las empresas más visionarias.
Un buen ejemplo serían los OKRs (Objetivos y resultados clave), un sistema cada vez más extendido para establecer objetivos. En las compañías pioneras, los OKRs combinados con las CFRs (conversación, feedback, reconocimiento), están sustituyendo a las evaluaciones del desempeño. Los OKRs proporcionan foco, alineación, colaboración y compromiso de toda la empresa hacia unos objetivos compartidos, que son pocos pero críticos. Por su parte, las CFRs son conversaciones que se centran en el aprendizaje y el crecimiento. Se reflexiona sobre por qué logramos o no logramos nuestras metas, qué ha contribuido a nuestro éxito y qué obstáculos hemos encontrado, qué hemos aprendido de ello y como consecuencia, qué cambiaríamos. De hecho, este énfasis en el aprendizaje es fundamental, como veremos en el siguiente punto.
La experiencia de los empleados, la cultura y el rendimiento corporativos están condicionados por la calidad del liderazgo. El trabajo ya no puede gestionarse de forma eficaz mediante la autoridad jerárquica. Por ello, invertir en el desarrollo del liderazgo, mejorando sus habilidades en las áreas anteriores, es una prioridad para muchas empresas en este año que comienza.
*Si te ha resultado interesante este artículo, te animamos a seguirnos en TWITTER y a suscribirte a nuestra NEWSLETTER DIARIA.
RRHHDigital